El desarrollo de un proyecto constructivo es como una orquesta, compuesta por diferentes actores con distintos roles, objetivos y responsabilidades. En este escenario, la figura del Project Manager (PM) es un elemento estratégico indispensable, actuando como el director de orquesta que sincroniza cada fase y actor involucrado para alcanzar los objetivos definidos.
En este post, desde INEL, con una gran experiencia como project managers en multitud de proyectos en España, hemos querido desarrollar las principales funciones y su importancia crucial en el desarrollo de un proyecto.
Desde la concepción inicial hasta la entrega final de la obra, el Project Manager adquiere un abanico de competencias técnicas cruciales.
– Planificación exhaustiva, donde se definen alcances, plazos, presupuestos y recursos necesarios. Esta fase inicial, que incluye el análisis de viabilidad técnica y económica, sienta las bases para una ejecución fluida y controlada.
– Gestión integral del proyecto, que implica la coordinación de los diferentes equipos de trabajo – arquitectos, ingenieros, contratistas, subcontratistas – asegurando una comunicación eficiente y la alineación de todos los esfuerzos hacia un objetivo común. El PM se convierte en el punto central de información, facilitando la toma de decisiones informadas y la resolución proactiva de cualquier desafío técnico que pueda surgir.
– Control y seguimiento continuo, a través de herramientas y metodologías especializadas, donde monitoriza el progreso de la obra, identifica desviaciones respecto al plan inicial e implementa medidas correctivas para minimizar impactos en tiempo y coste.
– Gestión de riesgos, anticipando posibles problemas y definiendo planes de contingencia.
– Gestión de la calidad, donde supervisa que los trabajos se ejecuten cumpliendo con las normativas técnicas, los estándares de calidad definidos y las especificaciones del proyecto. Su visión técnica le permite evaluar la correcta aplicación de materiales y técnicas constructivas, garantizando la durabilidad y funcionalidad del edificio.
– Gestión económica y financiera del proyecto, controlando el presupuesto asignado, autorizando pagos, analizando costes y elaborando informes periódicos para la propiedad, asegurando la rentabilidad del proyecto.
Nuestra experiencia en este tipo de proyectos y nuestra capacidad técnica han sido determinantes para superar los desafíos inherentes a una reforma de esta magnitud, especialmente al llevarse a cabo sin interrumpir la actividad habitual del centro. La gestión integral ha permitido optimizar los recursos, minimizar los riesgos y garantizar la finalización exitosa de cada fase.
Desde hace más de 18 años, en todos los proyectos de Inel, internamente y siempre que es necesario (aun sin petición expresa de nuestros Clientes), incorporamos los procedimientos anteriormente descritos para una mejor viabilidad y control del encargo.
